El hospitalismo o síndrome de hospitalización prolongada, se define como un conjunto de alteraciones físicas y psíquicas que se manifiesta en niños pequeños y en niños mayores, como consecuencia de una prolongada hospitalización. El término fue creado por el psiquiatra y psicoanalista R. Spitz, el cual también lo define como un trastorno psicoafectivo del niño, producido por la privación afectiva en forma masiva y prolongada del vinculo con su madre, y que lo clasifica en tres períodos: Un primer período en donde los niños se vuelven llorones y exigentes y se aferran a quien se acerque, un segundo período en donde el llanto se convierte en gritos, comienzan a perder peso y se detiene su desarrollo, y un tercer período en donde el niño se repliega y rechaza el contacto, adoptando una postura típica (acostado boca abajo).
Posteriormente a la formulación del concepto de hospitalismo, y gracias a estudios sobre las necesidades psicoafectivas de los niños y a la teoría del apego, se produce un cambio radical en la hospitalización infantil, pasándose a la internación pediátrica conjunta, como la conocemos hoy.
Desde la Terapia Ocupacional es importante abordar este tema a través de la estimulación temprana, con el fin de prevenir la aparición de las diversas alteraciones físicas y psíquicas que se pueden presentar, teniendo en cuenta factores que son independientes pero que se determinan e interrelacionan unos con otros, como por ejemplo, el niño con sus características, la familia, el equipo de trabajo con sus dinámicas y el contexto en donde se está desarrollando la intervención.
Palabras Clave: Síndrome de hospitalización prolongada; Terapia Ocupacional; Estimulación Temprana.
Autor: Alvaro D’apremont
Estudiante de MGTO 2013
Me parece muy interesante el tema. Se puede abordar a través de las estrategias que se pueden manejar dentro de dicho contexto para que posteriormente el cambio no sea tan radical, ya que sin duda alguna las repercusiones que trae dicho síndrome son bastante significativas.
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