domingo, 17 de junio de 2012

Atención selectiva


Los modelos educativos actuales son altamente exigentes para los niños en edad escolar. El éxito escolar se relaciona fuertemente con las capacidades adaptativas de los niños a las exigencias principalmente en la esfera cognitiva y conductual.

Cerca del 5% de la población escolar infantil presenta dificultades en estas capacidades adaptativas, que evaluadas médicamente resultan en el diagnóstico de Trastorno por Déficit Atencional con Hiperactividad (TDAH) según el DSM IV, que implica medidas terapéuticas tanto conductuales como farmacológicas.

Según el DSM IV, el TDAH considera dentro de las características diagnósticas  más relevantes el reconocimiento de  un patrón persistente de desatención y/o hiperactividad-impulsividad, que es más frecuente y grave que el observado habitualmente en sujetos de un nivel de desarrollo similar (Criterio A). Aun cuando se consideran otros síntomas de esferas no cognitivas, nos interesa conocer las bases neurofisiológicas de la atención y su correlato con el déficit  descrito en este diagnóstico.

Asumiremos atención, como aquella función cognitiva que “implica seleccionar un evento sobre otro, mientras que los eventos son conscientes, de los que los humanos pueden informar con precisión”. Abordaremos más específicamente la atención selectiva concebida como la capacidad de mantener una conducta en contra de estímulos que compiten. Esta capacidad permite empezar y terminar una tarea correctamente y en el tiempo adecuado, lo que ciertamente es una competencia fundamental para el éxito escolar.

Uno de los signos de maduración y desarrollo infantil es la consecución progresiva del control inhibitorio sobre los impulsos internos, sobre lo sensorio y sobre las representaciones motoras. A medida que el cerebro infantil va madurando, estos componentes de la atención también lo hacen gradualmente. El niño es cada vez más capaz de focalizar la atención y concentrarse en tareas de rendimiento continuado. Una de las hipótesis que puede explicar el TDAH, en la capacidad para focalizar la atención y concentrarse así como la impulsividad y la hiperactividad, es justamente el déficit en la actividad inhibitoria del córtex orbital (Barkey R A, 1997; Rubia K, 1998).

Bibliografía:

“Modelos de intervención farmacológica en el trastorno por déficit de atención e hiperactividad”. MC Echepareborda.
“Impacto corporal de los medicamentos para el trastorno por déficit de atención con hiperactividad en los niños”. Rossana Fernández Vallejo. Comité de ciudadanos en defensa de los derechos humanos a.c.
Annals New York Academy of Science, 2001
“Revista electrónica de psicología Iztacala”
(Sandra Tapia, Viviana Riquelme, Lucía Vivanco)

No hay comentarios:

Publicar un comentario