sábado, 27 de julio de 2013

Relación entre el Sistema Mesocortico-Límbico y los procesos Volitivos: Implicancias en la intervención cotidiana de Terapia Ocupacional.



Autores: Juan Guerrero, Rodrigo Toledo, Catalina Ferrer, Daniela de la Fuente, Daniel Corvalán, Maximiliano Peralta. 
 
 
Introducción
 
El Sistema mesocortico-límbico es un antiguo mecanismo evolutivo que asegura la supervivencia del Ser Humano a través de la distinción entre actividades placenteras y que pueden ser repetidas, de aquellas que pueden ser nocivas y deben ser evitadas, por lo tanto, nos define desde aspectos emocionales y afectivos adquiridos durante la vida. Este mecanismo neurofisiológico, supone estar a la base de los procesos Volitivos, entendidos, según el Modelo de Ocupación Humana (MOHO), desde; la experiencia, donde interactúan la interpretación, la experiencia previa, los valores e intereses; la anticipación, responsable de la ejecución motora inmediata; y la  elección de ocupaciones, asociadas a la toma de decisiones, inclusión a ocupaciones y actividades significativas para la persona. Estos supuestos forman parte fundamental de nuestro quehacer cotidiano como disciplina.

La presente revisión busca ahondar en los fundamentos neurofisiológicos actuales, implicados en los procesos volitivos, a partir de su relación con los mecanismos del sistema mesocortico-límbico y como éstas se ven influidas desde la intervención cotidiana de Terapia Ocupacional, con el objetivo de establecer una referencia neuro - científica desde su práctica y de esta forma aportar en su validación.

Palabras claves: Sistema mesocortico-límbico; Modelo de Ocupación Humana; procesos Volitivos; Terapia Ocupacional.

Material y método
 
La presente revisión fue desarrollada a partir de la selección de distintas publicaciones, artículos e investigaciones, además de libros, los cuales y a través de la búsqueda en servidores web y base de datos científicos, tales como Science Direct, Scielo, PubMed y Oxford Journal, resultaron en la obtención de 9 publicaciones y un libro.  Las palabras claves utilizadas para el filtro y obtención de datos fueron; Sistema Mesocortico límbico, Modelo Ocupación Humana, Sistema de recompensa cerebral , Volition Human, Human will, funciones ejecutivas. 


Discusión

El MOHO considera a la ocupación como una condición humana innata dentro de un contexto temporal, físico y sociocultural. Intenta explicar de qué modo la ocupación es motivada, adopta patrones y es realizada. El primero de estos aspectos principales, es comprender de qué modo las personas son motivadas hacia la ocupación, al elegir y realizar las cosas que llenan su vida y deciden hacerlas. Señala que toda nuestra orientación acerca de la posibilidad de hacer diferentes cosas, durante cada momento y a lo largo de nuestras vidas, está basado en las respuestas que nuestras experiencias brindan. La volición entonces, se refleja en la amplia gama de pensamientos y sentimientos que tienen las personas acerca de las cosas que han hecho, están haciendo o podrían hacer.
Los pensamientos y sentimientos volitivos ocurren todo el tiempo, a medida que las personas experimentan, interpretan, anticipan y eligen las ocupaciones. Estos mecanismos se definen como Procesos Volitivos. La experiencia se refiere a pensamientos y sentimientos tan inmediatos que emergen en medio del desempeño, para luego reflexionar sobre esa experiencia e interpretarla. La interpretación se define como el recuerdo y la reflexión sobre el desempeño en términos de su importancia para la propia personas y para su mundo. A través de nuestras interpretaciones de los desempeños pasados, también construimos ideas acerca del futuro y sus posibilidades. Estos pensamientos y sentimientos moldean el modo en que anticiparemos oportunidades y requerimientos para realizar ocupaciones en el futuro. Por tanto, La anticipación considera lo que podríamos estar haciendo en el futuro inmediato o distante.  Se define como el proceso de notar posibilidades o expectativas para la acción y reaccionar ante ellos, bajo la influencia de lo que nos gusta y nos sentimos obligados a hacer. La anticipación conduce naturalmente a decisiones acerca de qué hacer. La elección de actividades se define como  decisiones deliberadas y de corto plazo para emprender o abandonar actividades ocupacionales; por otro lado, las elecciones ocupacionales son compromisos deliberados para entrar en un rol ocupacional, adquirir un nuevo hábito o emprender un proyecto personal, es decir, representan compromisos para entrar en un curso de acción o mantener un rendimiento regular en el tiempo.


Sistema de Activación de la Dopamina y Sistema Mesocortico-límbico.
El sistema dopaminérgico mesencefálico es esencial en los mecanismos que gatillan la actividad motora, participa en los mecanismos sensorio - motores, motivacionales y de control, que impulsan al animal a buscar fuentes de gratificación, por lo que puede ser tentativamente llamado "sistema activador de la dopamina".  El Sistema Mesocortico-límbico o sistema de recompensa cerebral (SRC) es evolutivamente un antiguo mecanismo que ha favorecido la supervivencia de la humanidad, a través de la capacidad para identificar las actividades que son agradables y que deseamos repetir, de aquellas que causan perjuicio y deben evitarse. Este mecanismo nervioso está compuesto por la Corteza Prefrontal (CPF),Área Tegmental Ventromedial (ATV), Núcleo Accumbens (NAc), Corteza Cingulada Anterior, la Amígdala y la Formación del Hipocampo.
Son éstas estructuras las encargadas de gatillar determinados comportamientos hacia actividades específicas, por ejemplo, las estructuras subcorticales (NAc, Amígdala y AVT) juegan un papel primordial en la interpretación de las actividades gratificantes o aversivas. La Corteza Frontal, CPF y cingulada, influirán en la toma de decisión consciente en relación a seguir o no en una actividad. El hipocampo por su parte tiene conexiones con la amígdala, por lo que, en aquellas situaciones en donde la ocupación o actividad activó el SRC, automáticamente se formará una memoria sensorial con un alta carga emocional, que estimulará positiva o negativamente el involucramiento de la persona hacia la misma actividad u ocupación.
La CPF y el Hipocampo, principalmente, participan en los proceso de memoria, lo que permite suponer que hay una memoria emocional en base a la experiencia que modula las conductas adquiridas.
La primera función de la dopamina, se libera en recompensas primaras como la comida o el sexo, sin embargo cuando dicha conducta es ya es aprendida, la secreción de dopamina disminuye. Al contrario, frente a nuevos desafíos ambientales, los niveles aumentan y  se genera la conducta motivada.
La segunda función en relación a la recompensa aparece posterior al aprendizaje, se secreta para recordar el estímulo y generar una conducta adaptativa. 
En los consumos de abusos de drogas, el Glutamato inicia una cadena de neuroplasticidad, que en conjunto con el ATV, NAc, Amígdala, Hipocampo y CPF intervienen en el condicionamiento a largo plazo (CLP) y depresión a largo plazo (DLP), que en conjunto representan el control sobre las conductas adaptativas.
Se expresan estos cambios adaptativos en una modificación neuroanatómica en las dendritas y arborizaciones de las neuronas de las estructuras mencionadas (CPF, NAc,  Amígdala, ATV e Hipocampo).
El contexto, los estímulos ambientales (sonido, olores, etc.), las emociones relacionadas con los estímulos quedan grabados en la memoria, pueden volverse estímulos condicionados, en donde la dopamina y el glutamato juegan un rol fundamental en la acción del circuito de recompensa. Cuando el organismo se vuelve a encontrar con estos estímulos condicionados, el proceso de recuperación de la información almacenada en nuestra memoria pone en marcha emociones relacionadas con esa experiencia, el cual promueve los comportamientos de búsqueda.
El proceso de aprendizaje que genera la acción por condicionamiento es producido, ya que el NAc se halla conectado con la Amígdala, concretamente con el Nucleo Basolateral (BLA), a través de protecciones neuronales que aportan información de la Amígdala al NAc, el cual, también recibe información del Hipocampo. Esta conexión aporta información emocional y del contexto, utilizando al glutamato como neurotransmisor. Pero en cambio en el NAc el neurotransmisor que prima es la dopamina.
Durante el proceso de condicionamiento, la activación simultanea de los receptores de Glutamato en las neuronas del NAc sobre un fondo de estimulación dopaminérgica, provocado por esa sensación, induce mecanismos de plasticidad que acaban por modificar la estructura de las espinas y arborizaciones dendríticas del NAc.
Las vías dopaminérgicas se proyectan también sobre la CPF, en donde la constante estimulación puede producir cambios en él. En la región Prefrontral reside la capacidad ejecutiva, de estas dependen que seamos capaces de generar una percepción conciente (subjetiva) de nuestro entorno, de valorar riesgos los riesgos que nos rodean y de reflexionar antes de actuar. Estas funciones ejecutivas, intervienen en la modificación de las conductas aprendidas para poder ser modificadas.
Las acciones voluntarias y conscientes que son ejecutadas por la CPF, con el tiempo, transforman en habituales, siendo ejecutadas por mecanismos de estímulo-respuesta, convirtiéndolos en hábitos de conducta, produciendo una conducta automática la cual es ejecutada rápidamente. Cuando las conductas automáticas dejan de ser adaptativas, participa nuevamente la CPF, desmontando la respuesta automática, permitiendo integrar nuevas.

Relación entre los procesos Volitivos y el Sistema Mesocortico Límbico: 

Elección de Ocupaciones y Relación con funciones ejecutivas.

Las funciones del lóbulo frontal pueden resumirse en cinco importantes grupos:
a) El movimiento voluntario.
b) El lenguaje expresivo o habla y la prosodia motora.
c) Los procesos cognitivos necesarios para el cálculo, la atención y la memoria.
d) El “comportamiento”, la motivación y cierta inclinación inconsciente que puede guiar la conducta.
e) Las denominadas funciones ejecutivas, consideradas como aquellas que hacen de los lóbulos frontales la zona más evolucionada en la especie humana.

Las funciones ejecutivas regulan el funcionamiento de procesos cognitivos, tales como los de volición, planificación, conducta intencionada y ejecución eficaz, relacionadas a las actividades que escogemos para realizar. Es decir, nos permiten seleccionar de acuerdo a nuestros intereses, planificar y organizar temporalmente, dotándonos de una cronología, de una “estructura temporal”.
Actualmente no existen estudios concluyentes acerca del estudio electrofisiológico de la ejecución de una actividad, sin embargo, lo realizado por los científicos Norman y Schallice es un acercamiento al estudio de las funciones ejecutivas mediante potenciales evocados.
Dichos científicos estudiaron la orientación de las conductas mediante los potenciales evocados (fluctuaciones de voltaje visibles en EEG), que permiten asociar las fluctuaciones a diferentes actividades que se induzcan y se expresan entonces, como procesos sensoriales, motores y cognitivos. Plantearon dos grandes mecanismos por los cuales se genera la orientación de la conducta; el primero es un Planificador de Competición, enfocado a resolver tareas sencillas y el segundo mecanismo llamado Sistema de Atención Supervisor (SAS), el cual estaría orientado a responder ante situaciones nuevas o muy complejas.
Dichos sistemas se basan en resultados obtenidos mediante EEG como sistema de medición electrofisiológico y les permitió avanzar en la lectura de las funciones ejecutivas, y cómo estas se articulan para que el cerebro se pueda coordinar para orientar conductas especificas e integrar algunas nuevas.
En las experimentaciones se observó un ERN (negatividad relacionada al error), que aparecen en el EEG como potenciales evocados. Por ejemplo, en momentos de revisar nuestro correo electrónico, este ERN representaría nuestra reacción al borrar un correo por equivocación, por lo tanto, este ERN se transformaría en la experiencia que hemos adquirido al realizar tal actividad o tarea, siendo una suerte de modificación de la conducta.
Por otra parte, es relevante mencionar que el aspecto madurativo de la memoria a lo largo de la vida está relacionada con dichas funciones ejecutivas, es decir, planificación, capacidad de inhibición de pensamientos, acciones y memoria de trabajo, esta última relacionada con la experiencia, ya que la memoria es una parte crucial del proceso de aprendizaje, sin ella, las experiencias se perderían.
Por lo tanto, en el proceso de selección de una tarea u actividad, se realizan una serie de acciones para conseguir llegar a una meta, basándonos en una representación de algo ya aprendido, algo ya experimentado. El proceso de selección está intervenido por diversas funciones mentales, como el pensamiento abstracto, la planificación y la ejecución eficaz. Por lo tanto, de nuestras experiencias, elegimos de forma natural aquellas que nos han representado valores positivos en respuesta a nuestras ejecuciones en cumplimiento de un objetivo.  La voluntad forma parte importante de la orientación de nuestra conducta y nuestras elecciones ocupacionales, pues nos dota de capacidad de llevar a cabo una acción contraria a la tendencia inmediata del momento, es decir, realizando una tarea, elaboramos un proceso cognitivo de elección de otra, y somos capaces de ejecutar una tarea diferente. 


Proceso de Experiencia en el Ciclo Vital

Desde el Modelo de Ocupación Humana, en el proceso Volitivo de la experiencia, no se describe o se explicita la importancia del ciclo vital y de cómo este impacta en el bienestar biopsicosocial de un individuo, más bien, analiza el proceso desde la percepción consciente que mantiene la persona durante un determinado desempeño (Disfrute, logro, angustia, triunfo o desaliento).  Sin embargo y para efectos de esta revisión, como grupo investigador, consideramos importante mencionar qué refieren las últimas investigaciones al respecto, asociando siempre, al SRC en el proceso Volitivo de la experiencia en el desarrollo del ciclo vital.
Últimos estudios, que derivan desde la neuropsiquiatría y neurología, definen la importancia de este sistema en el comportamiento de apego en los recién nacidos, conducta que compartimos con el resto de los mamíferos con el fin de asegurar la supervivencia de la especie. Esta percepción es compartida con otros autores en cuanto a que es un sistema neural marcadamente conservado, asociado con emociones positivas, que evolucionó para mediar el comportamiento de incentivo o de aspectos motivacionales, de interacción social, incluyendo el apego social y materno infantil.  Así, el proceso de experiencia durante el desarrollo de la etapa crítica en el ciclo vital, se enriquece y se alimenta de esta condición natural, donde además, se establece que para explorar el ambiente se debe mantener una base segura, usando una figura vincular, hecho que incluye a todos los mamíferos. Entonces, es posible pensar que un estatus de apego disfuncional podría de alguna manera dañar o bloquear esta conducta de exploración, lo que supone, una vinculación deficiente con el medio, que podría determinar cambios estables a lo largo de la vida.


Estado de flujo, Desempeño Ocupacional y la Experiencia

El MOHO define como eje fundamental, en el proceso Volitivo de la Experiencia, al interés y el disfrute de “hacer”.  Es decir, cuando participamos en ocupaciones, nuestra volición determina lo que encontramos más o menos disfrutable o valioso. Por tanto, el disfrute, como objeto de análisis y desde el MOHO se define en función de: El placer corporal asociado al esfuerzo físico; resolución de un enigma intelectual; satisfacción estética por una producción artística; satisfacción por el uso  de una habilidad para enfrentar un desafío. Csikzentmihalyi (1990) describe una forma de disfrute máximo en las ocupaciones físicas, intelectuales y/o sociales, a la que denominó Estado de flujo  y el cual está presente como concepto dentro del MOHO.
La experiencia desde el MOHO, presenta una difusa definición y se explica desde un enfoque causal donde se determina lo que es más o menos disfrutable o valioso, el grado de confianza y ansiedad frente a una actividad, es decir, conduce a una experimentación individual de nuestra acción motivada en función al involucramiento en ocupaciones. Está relacionada con la calidad de vida, puesto que en el modo en que se experimentan  las cosas que hacemos, se determina, en gran parte, lo que obtenemos de la vida. Desde este proceso, se apunta la importancia sobre la dimensión critica de la Terapia, en como la transformación terapéutica que proviene de hacer cosas, depende de lo que experimentamos durante el desempeño.
Las bases que suponen este proceso, están directamente relacionados (desde su explicación conductual) con los mecanismos mesocortico-límbicos. Los centros que participarían de esta función son la Corteza Frontal, CPF y Cingulada Anterior, las que influirían en la toma de decisión consciente en relación a seguir o no en una actividad, la que a su vez, mantiene estrecha relación con las demandas de la actividad v/s la capacidad personal.
El Hipocampo por su parte, tiene conexiones con la amígdala, por lo que, en aquellas situaciones en donde la actividad activó el SRC,  se formará una memoria sensorial con un alta carga emocional, que estimulará positiva y negativamente el involucramiento de la persona a la actividad.
La relación entre el proceso Volitivo de la Experiencia y el sistema Mesocortico – límbico es directo.  Ambas hipótesis definen que la participación del Ser Humano en distintas actividades, forman un mapa de nuestras experiencias con el objetivo de repetir aquellas que solo nos provocaron placer con un fin de supervivencia y adaptación biopsicosocial. 


Conclusión.     

     Desde estos paradigmas resulta atingente plantear la hipótesis de que el Sistema Mesocortico-Límbico está a la base en los procesos volitivos, tanto en su desarrollo como también, en su explicación causal desde las conductas y aprendizajes esperados a lo largo del ciclo vital.  Por ende, resulta imperante que, desde la Terapia Ocupacional, se tomen estos conceptos y se apliquen en la práctica cotidiana, puesto que así, se podrán determinar intervenciones atingentes y que lograrán obtener un mejor pronóstico, puesto que nuestro eje fundamental se basa en la motivación del Ser Humano, que como bien sabemos, se pueden explicar desde las experiencias de una persona durante el desempeño de una actividad, es decir, nuestras experiencias determinan el cómo nos comportamos en ciertas situaciones, las decisiones que tomamos, lo que hacemos e inclusive el porqué lo hacemos. La elección de ocupaciones y la manera en que una persona desarrolla, adaptativa o desadaptativamente, también supone tener una base científica, puesto que el SRC media a las decisiones, a través de las experiencias previas que interpretamos en forma positiva o negativamente. Por otra parte, la importancia del lóbulo frontal en relación a las funciones ejecutivas que regulan el funcionamiento de los procesos más significativos sobre el comportamiento humano, ha sido y continuará siendo tema de investigación en diversos países, con el objetivo de comprender a ciencia cierta el cómo y por qué nos comportamos de cierta forma,  dotándonos de una identidad propia y distinguiéndonos sobre el resto de los sujetos. Hacer la relación entre los procesos volitivos y el sistema de recompensa del cerebro, aporta fundamentos para la práctica cotidiana de Terapia Ocupacional, ya que trabajamos desde la ocupación ofreciendo experiencias a lo largo del proceso de rehabilitación, que debieran ser significativas, en donde el sistema de recompensa interprete la experiencia como satisfactoria, para así lograr la repetición de la conducta y una mayor adherencia al tratamiento.  


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