Autores: Juan Guerrero, Rodrigo Toledo, Catalina Ferrer, Daniela de la Fuente, Daniel Corvalán, Maximiliano Peralta.
Introducción
El Sistema
mesocortico-límbico es un antiguo mecanismo evolutivo que asegura la
supervivencia del Ser Humano a través de la distinción entre actividades
placenteras y que pueden ser repetidas, de aquellas que pueden ser nocivas y
deben ser evitadas, por lo tanto, nos define desde aspectos emocionales y
afectivos adquiridos durante la vida. Este mecanismo neurofisiológico, supone
estar a la base de los procesos Volitivos, entendidos, según el Modelo de
Ocupación Humana (MOHO), desde; la experiencia, donde interactúan la interpretación,
la experiencia previa, los valores e intereses; la anticipación, responsable de
la ejecución motora inmediata; y la elección de ocupaciones, asociadas a
la toma de decisiones, inclusión a ocupaciones y actividades significativas
para la persona. Estos supuestos forman parte fundamental de nuestro quehacer
cotidiano como disciplina.
La presente
revisión busca ahondar en los fundamentos neurofisiológicos actuales,
implicados en los procesos volitivos, a partir de su relación con los
mecanismos del sistema mesocortico-límbico y como éstas se ven influidas desde
la intervención cotidiana de Terapia Ocupacional, con el objetivo de establecer
una referencia neuro - científica desde su práctica y de esta forma aportar en
su validación.
Palabras claves: Sistema
mesocortico-límbico; Modelo de Ocupación Humana; procesos Volitivos; Terapia
Ocupacional.
La presente revisión fue desarrollada a partir de la
selección de distintas publicaciones, artículos e investigaciones, además de
libros, los cuales y a través de la búsqueda en servidores web y base de datos
científicos, tales como Science Direct, Scielo, PubMed y Oxford Journal,
resultaron en la obtención de 9 publicaciones y un libro. Las palabras claves utilizadas para el filtro
y obtención de datos fueron; Sistema Mesocortico límbico, Modelo Ocupación
Humana, Sistema de recompensa cerebral , Volition Human, Human will, funciones
ejecutivas.
Discusión
El MOHO considera a la
ocupación como una condición humana innata dentro de un contexto temporal,
físico y sociocultural. Intenta explicar de qué modo la ocupación es motivada,
adopta patrones y es realizada. El primero de estos aspectos principales, es
comprender de qué modo las personas son motivadas hacia la ocupación, al elegir
y realizar las cosas que llenan su vida y deciden hacerlas. Señala que toda
nuestra orientación acerca de la posibilidad de hacer diferentes cosas, durante
cada momento y a lo largo de nuestras vidas, está basado en las respuestas que
nuestras experiencias brindan. La volición entonces, se refleja en la amplia
gama de pensamientos y sentimientos que tienen las personas acerca de las cosas
que han hecho, están haciendo o podrían hacer.
Los pensamientos y
sentimientos volitivos ocurren todo el tiempo, a medida que las personas
experimentan, interpretan, anticipan y eligen las ocupaciones. Estos mecanismos
se definen como Procesos Volitivos. La experiencia se refiere a pensamientos y
sentimientos tan inmediatos que emergen en medio del desempeño, para luego
reflexionar sobre esa experiencia e interpretarla. La interpretación se define
como el recuerdo y la reflexión sobre el desempeño en términos de su
importancia para la propia personas y para su mundo. A través de nuestras
interpretaciones de los desempeños pasados, también construimos ideas acerca
del futuro y sus posibilidades. Estos pensamientos y sentimientos moldean el
modo en que anticiparemos oportunidades y requerimientos para realizar
ocupaciones en el futuro. Por tanto, La anticipación considera lo que podríamos
estar haciendo en el futuro inmediato o distante. Se define como el proceso de notar
posibilidades o expectativas para la acción y reaccionar ante ellos, bajo la
influencia de lo que nos gusta y nos sentimos obligados a hacer. La anticipación
conduce naturalmente a decisiones acerca de qué hacer. La elección de
actividades se define como
decisiones deliberadas y de corto plazo para emprender o abandonar
actividades ocupacionales; por otro lado, las elecciones ocupacionales
son compromisos deliberados para entrar en un rol ocupacional, adquirir un
nuevo hábito o emprender un proyecto personal, es decir, representan
compromisos para entrar en un curso de acción o mantener un rendimiento regular
en el tiempo.
Sistema
de Activación de la Dopamina y Sistema Mesocortico-límbico.
El sistema dopaminérgico
mesencefálico es esencial en los mecanismos que gatillan la actividad motora,
participa en los mecanismos sensorio - motores, motivacionales y de control,
que impulsan al animal a buscar fuentes de gratificación, por lo que puede ser
tentativamente llamado "sistema activador de la dopamina". El
Sistema Mesocortico-límbico o sistema de recompensa cerebral (SRC) es
evolutivamente un antiguo mecanismo que ha favorecido la supervivencia de la
humanidad, a través de la capacidad para identificar las actividades que son
agradables y que deseamos repetir, de aquellas que causan perjuicio y deben
evitarse. Este mecanismo nervioso está compuesto por la Corteza Prefrontal
(CPF),Área Tegmental Ventromedial (ATV), Núcleo Accumbens (NAc), Corteza
Cingulada Anterior, la Amígdala y la Formación del Hipocampo.
Son
éstas estructuras las encargadas de gatillar determinados comportamientos hacia
actividades específicas, por ejemplo, las estructuras subcorticales (NAc,
Amígdala y AVT) juegan un papel primordial en la interpretación de las
actividades gratificantes o aversivas. La Corteza Frontal, CPF y cingulada,
influirán en la toma de decisión consciente en relación a seguir o no en una
actividad. El hipocampo por su parte tiene conexiones con la amígdala, por lo
que, en aquellas situaciones en donde la ocupación o actividad activó el SRC,
automáticamente se formará una memoria sensorial con un alta carga emocional,
que estimulará positiva o negativamente el involucramiento de la persona hacia
la misma actividad u ocupación.
La CPF y el Hipocampo, principalmente, participan en
los proceso de memoria, lo que permite suponer que hay una memoria emocional en
base a la experiencia que modula las conductas adquiridas.
La primera función de la dopamina, se libera en
recompensas primaras como la comida o el sexo, sin embargo cuando dicha
conducta es ya es aprendida, la secreción de dopamina disminuye. Al contrario,
frente a nuevos desafíos ambientales, los niveles aumentan y se genera la conducta motivada.
La segunda función en relación a la recompensa
aparece posterior al aprendizaje, se secreta para recordar el estímulo y
generar una conducta adaptativa.
En los consumos de abusos
de drogas, el Glutamato inicia una cadena de neuroplasticidad, que en conjunto
con el ATV, NAc, Amígdala, Hipocampo y CPF intervienen en el condicionamiento a
largo plazo (CLP) y depresión a largo plazo (DLP), que en conjunto representan
el control sobre las conductas adaptativas.
Se expresan estos cambios adaptativos en una
modificación neuroanatómica en las dendritas y arborizaciones de las neuronas
de las estructuras mencionadas (CPF, NAc,
Amígdala, ATV e Hipocampo).
El contexto, los estímulos ambientales (sonido,
olores, etc.), las emociones relacionadas con los estímulos quedan grabados en
la memoria, pueden volverse estímulos condicionados, en donde la dopamina y el
glutamato juegan un rol fundamental en la acción del circuito de recompensa.
Cuando el organismo se vuelve a encontrar con estos estímulos condicionados, el
proceso de recuperación de la información almacenada en nuestra memoria pone en
marcha emociones relacionadas con esa experiencia, el cual promueve los
comportamientos de búsqueda.
El proceso de aprendizaje que genera la acción por
condicionamiento es producido, ya que el NAc se halla conectado con la
Amígdala, concretamente con el Nucleo Basolateral (BLA), a través de
protecciones neuronales que aportan información de la Amígdala al NAc, el cual,
también recibe información del Hipocampo. Esta conexión aporta información
emocional y del contexto, utilizando al glutamato como neurotransmisor. Pero en
cambio en el NAc el neurotransmisor que prima es la dopamina.
Durante el proceso de condicionamiento, la
activación simultanea de los receptores de Glutamato en las neuronas del NAc
sobre un fondo de estimulación dopaminérgica, provocado por esa sensación, induce
mecanismos de plasticidad que acaban por modificar la estructura de las espinas
y arborizaciones dendríticas del NAc.
Las vías dopaminérgicas se proyectan también sobre
la CPF, en donde la constante estimulación puede producir cambios en él. En la
región Prefrontral reside la capacidad ejecutiva, de estas dependen que seamos
capaces de generar una percepción conciente (subjetiva) de nuestro entorno, de
valorar riesgos los riesgos que nos rodean y de reflexionar antes de actuar.
Estas funciones ejecutivas, intervienen en la modificación de las conductas
aprendidas para poder ser modificadas.
Las acciones voluntarias y conscientes que son
ejecutadas por la CPF, con el tiempo, transforman en habituales, siendo ejecutadas
por mecanismos de estímulo-respuesta, convirtiéndolos en hábitos de conducta,
produciendo una conducta automática la cual es ejecutada rápidamente. Cuando
las conductas automáticas dejan de ser adaptativas, participa nuevamente la CPF,
desmontando la respuesta automática, permitiendo integrar nuevas.
Relación entre los procesos
Volitivos y el Sistema Mesocortico Límbico:
Elección
de Ocupaciones y Relación con funciones ejecutivas.
Las
funciones del lóbulo frontal pueden resumirse en cinco importantes grupos:
a)
El movimiento voluntario.
b)
El lenguaje expresivo o habla y la prosodia motora.
c)
Los procesos cognitivos necesarios para el cálculo, la atención y la memoria.
d)
El “comportamiento”, la motivación y cierta inclinación inconsciente que puede
guiar la conducta.
e)
Las denominadas funciones ejecutivas, consideradas como aquellas que hacen de
los lóbulos frontales la zona más evolucionada en la especie humana.
Las
funciones ejecutivas regulan el funcionamiento de procesos cognitivos, tales
como los de volición, planificación, conducta intencionada y ejecución eficaz,
relacionadas a las actividades que escogemos para realizar. Es decir, nos
permiten seleccionar de acuerdo a nuestros intereses, planificar y organizar
temporalmente, dotándonos de una cronología, de una “estructura temporal”.
Actualmente
no existen estudios concluyentes acerca del estudio electrofisiológico de la
ejecución de una actividad, sin embargo, lo realizado por los científicos
Norman y Schallice es un acercamiento al estudio de las funciones ejecutivas
mediante potenciales evocados.
Dichos
científicos estudiaron la orientación de las conductas mediante los potenciales
evocados (fluctuaciones de voltaje visibles en EEG), que permiten asociar las
fluctuaciones a diferentes actividades que se induzcan y se expresan entonces,
como procesos sensoriales, motores y cognitivos. Plantearon dos grandes
mecanismos por los cuales se genera la orientación de la conducta; el primero
es un Planificador de Competición, enfocado a resolver tareas sencillas y el
segundo mecanismo llamado Sistema de Atención Supervisor (SAS), el cual estaría
orientado a responder ante situaciones nuevas o muy complejas.
Dichos
sistemas se basan en resultados obtenidos mediante EEG como sistema de medición
electrofisiológico y les permitió avanzar en la lectura de las funciones
ejecutivas, y cómo estas se articulan para que el cerebro se pueda coordinar
para orientar conductas especificas e integrar algunas
nuevas.
En
las experimentaciones se observó un ERN (negatividad relacionada al error), que
aparecen en el EEG como potenciales evocados. Por ejemplo, en momentos de
revisar nuestro correo electrónico, este ERN representaría nuestra reacción al
borrar un correo por equivocación, por lo tanto, este ERN se transformaría en
la experiencia que hemos adquirido al realizar tal actividad o tarea, siendo
una suerte de modificación de la conducta.
Por
otra parte, es relevante mencionar que el aspecto madurativo de la memoria a lo
largo de la vida está relacionada con dichas funciones ejecutivas, es decir,
planificación, capacidad de inhibición de pensamientos, acciones y memoria de
trabajo, esta última relacionada con la experiencia, ya que la memoria es una
parte crucial del proceso de aprendizaje, sin ella, las experiencias se
perderían.
Por lo tanto, en el proceso
de selección de una tarea u actividad, se realizan una serie de acciones para
conseguir llegar a una meta, basándonos en una representación de algo ya
aprendido, algo ya experimentado. El proceso de selección está intervenido por
diversas funciones mentales, como el pensamiento abstracto, la planificación y
la ejecución eficaz. Por lo tanto, de nuestras experiencias, elegimos de forma
natural aquellas que nos han representado valores positivos en respuesta a
nuestras ejecuciones en cumplimiento de un objetivo. La voluntad forma parte importante de la
orientación de nuestra conducta y nuestras elecciones ocupacionales, pues nos
dota de capacidad de llevar a cabo una acción contraria a la tendencia
inmediata del momento, es decir, realizando una tarea, elaboramos un proceso
cognitivo de elección de otra, y somos capaces de ejecutar una tarea
diferente.
Proceso
de Experiencia en el Ciclo Vital
Desde el Modelo de
Ocupación Humana, en el proceso Volitivo de la experiencia, no se describe o se
explicita la importancia del ciclo vital y de cómo este impacta en el bienestar
biopsicosocial de un individuo, más bien, analiza el proceso desde la
percepción consciente que mantiene la persona durante un determinado desempeño
(Disfrute, logro, angustia, triunfo o desaliento). Sin embargo y para efectos de esta revisión,
como grupo investigador, consideramos importante mencionar qué refieren las
últimas investigaciones al respecto, asociando siempre, al SRC en el proceso
Volitivo de la experiencia en el desarrollo del ciclo vital.
Últimos estudios, que
derivan desde la neuropsiquiatría y neurología, definen la importancia de este
sistema en el comportamiento de apego en los recién nacidos, conducta que
compartimos con el resto de los mamíferos con el fin de asegurar la
supervivencia de la especie. Esta percepción es compartida con otros autores en
cuanto a que es un sistema neural marcadamente conservado, asociado con
emociones positivas, que evolucionó para mediar el comportamiento de incentivo
o de aspectos motivacionales, de interacción social, incluyendo el apego social
y materno infantil. Así, el proceso de
experiencia durante el desarrollo de la etapa crítica en el ciclo vital, se
enriquece y se alimenta de esta condición natural, donde además, se establece
que para explorar el ambiente se debe mantener una base segura, usando una
figura vincular, hecho que incluye a todos los mamíferos. Entonces, es posible
pensar que un estatus de apego disfuncional podría de alguna manera dañar o
bloquear esta conducta de exploración, lo que supone, una vinculación
deficiente con el medio, que podría determinar cambios estables a lo largo de
la vida.
Estado
de flujo, Desempeño Ocupacional y la Experiencia
El MOHO define como eje
fundamental, en el proceso Volitivo de la Experiencia, al interés y el disfrute
de “hacer”. Es decir, cuando
participamos en ocupaciones, nuestra volición determina lo que encontramos más
o menos disfrutable o valioso. Por tanto, el disfrute, como objeto de análisis
y desde el MOHO se define en función de: El placer corporal asociado al
esfuerzo físico; resolución de un enigma intelectual; satisfacción estética por
una producción artística; satisfacción por el uso de una habilidad para enfrentar un desafío.
Csikzentmihalyi (1990) describe una forma de disfrute máximo en las ocupaciones
físicas, intelectuales y/o sociales, a la que denominó Estado de flujo y el cual está
presente como concepto dentro del MOHO.
La experiencia desde el
MOHO, presenta una difusa definición y se explica desde un enfoque causal donde
se determina lo que es más o menos disfrutable o valioso, el grado de confianza
y ansiedad frente a una actividad, es decir, conduce a una experimentación
individual de nuestra acción motivada en función al involucramiento en
ocupaciones. Está relacionada con la calidad de vida, puesto que en el modo en
que se experimentan las cosas que
hacemos, se determina, en gran parte, lo que obtenemos de la vida. Desde este
proceso, se apunta la importancia sobre la dimensión critica de la Terapia, en
como la transformación terapéutica que proviene de hacer cosas, depende de lo
que experimentamos durante el desempeño.
Las bases que suponen este
proceso, están directamente relacionados (desde su explicación conductual) con
los mecanismos mesocortico-límbicos. Los centros que participarían de esta
función son la Corteza Frontal, CPF y Cingulada Anterior, las que influirían en
la toma de decisión consciente en relación a seguir o no en una actividad, la
que a su vez, mantiene estrecha relación con las demandas de la actividad v/s
la capacidad personal.
El Hipocampo por su parte,
tiene conexiones con la amígdala, por lo que, en aquellas situaciones en donde
la actividad activó el SRC, se formará
una memoria sensorial con un alta carga emocional, que estimulará positiva y
negativamente el involucramiento de la persona a la actividad.
La relación entre el
proceso Volitivo de la Experiencia y el sistema Mesocortico – límbico es
directo. Ambas hipótesis definen que la
participación del Ser Humano en distintas actividades, forman un mapa de
nuestras experiencias con el objetivo de repetir aquellas que solo nos
provocaron placer con un fin de supervivencia y adaptación biopsicosocial.
Conclusión.
Desde estos paradigmas
resulta atingente plantear la hipótesis de que el Sistema Mesocortico-Límbico
está a la base en los procesos volitivos, tanto en su desarrollo como también,
en su explicación causal desde las conductas y aprendizajes esperados a lo
largo del ciclo vital. Por ende, resulta
imperante que, desde la Terapia Ocupacional, se tomen estos conceptos y se
apliquen en la práctica cotidiana, puesto que así, se podrán determinar
intervenciones atingentes y que lograrán obtener un mejor pronóstico, puesto
que nuestro eje fundamental se basa en la motivación del Ser Humano, que como
bien sabemos, se pueden explicar desde las experiencias de una persona durante
el desempeño de una actividad, es decir, nuestras experiencias determinan el
cómo nos comportamos en ciertas situaciones, las decisiones que tomamos, lo que
hacemos e inclusive el porqué lo hacemos.
La elección de ocupaciones
y la manera en que una persona desarrolla, adaptativa o desadaptativamente,
también supone tener una base científica, puesto que el SRC media a las
decisiones, a través de las experiencias previas que interpretamos en forma
positiva o negativamente. Por otra parte, la importancia del lóbulo frontal en
relación a las funciones ejecutivas que regulan el funcionamiento de los
procesos más significativos sobre el comportamiento humano, ha sido y
continuará siendo tema de investigación en diversos países, con el objetivo de
comprender a ciencia cierta el cómo y por qué nos comportamos de cierta
forma, dotándonos de una identidad
propia y distinguiéndonos sobre el resto de los sujetos.
Hacer la relación entre los
procesos volitivos y el sistema de recompensa del cerebro, aporta fundamentos
para la práctica cotidiana de Terapia Ocupacional, ya que trabajamos desde la
ocupación ofreciendo experiencias a lo largo del proceso de rehabilitación, que
debieran ser significativas, en donde el sistema de recompensa interprete la
experiencia como satisfactoria, para así lograr la repetición de la conducta y
una mayor adherencia al tratamiento.
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