sábado, 19 de enero de 2013


SINDROME PRE-FRONTAL INDUCIDO POR NEUROLÉPTICOS Y SU RELACION CON LA VIDA COTIDIANA.

 
Es sabido, a través de diversos estudios, que el lóbulo frontal y su corteza organiza la conducta, permite el aprendizaje y planifica soluciones, entre otras funciones, para lograr interacción efectiva en la vida cotidiana, involucrando el desempeño ocupacional de las personas.

Se entiende que el síndrome frontal es un conjunto de síntomas provocados por disfunciones en estas zonas del cerebro que se asocian a una amplia gama de alteraciones que afectan la memoria de trabajo, análisis conductual, autocontrol, motivación y afectos entre otros.

Bajo este concepto, nos permitimos preguntar ¿Qué pasa con los sujetos que padecen alguna alteración mental?, y ¿qué participación tiene el tratamiento farmacológico en la disfunción de esta zona cerebral?, es por esto, que nuestro interés es abordar el uso de neurolépticos como tratamiento generalizado en salud mental, el cual se ha expandido históricamente en diversas patologías denominadas psiquiátricas, desde la esquizofrenia hasta los trastornos de ánimo, tanto en adultos como en niños, analizando cómo sus efectos influyen en la aparición de este síndrome.

La revisión pretende describir las características del síndrome frontal inducido por neurolépticos, incluyendo además sus bases neurobiológicas y el impacto posible en la vida cotidiana de los sujetos bajo este tratamiento farmacológico.

Finalmente, trataremos de establecer una reflexión y plantear una discusión, acerca de los beneficios para los sujetos a quienes se les prescribe neurolépticos y los efectos cerebrales nocivos que puede producir su consumo.

Esto además traerá consigo, definir nuevas posiciones éticas en el ejercicio de las disciplinas que se involucran en este ámbito.

 Palabras claves: Síndrome Prefrontal, Neurolépticos,  Efectos Adversos

Vera A. Rodrigo. Avilés G. Carlos: Alumnos  Neurociencias Aplicadas. Magíster Terapia Ocupacional 2012. Facultad Cs. de la Rehabilitación. Universidad Nacional Andres Bello
 
INTRODUCCION

            La investigación que a continuación presentamos tiene su interés central en definir las implicancias del funcionamiento neuroquímico de la corteza frontal (CF) y su interacción con los antipsicoticos utilizados principalmente para tratar patologías psiquiátricas, y su discusión acerca de los efectos adversos, que impactan negativamente la participación del sujeto, en la vida cotidiana.

            Entendemos que este tipo de psicofármacos, han sido utilizados desde la mitad del siglo XX, para tratar alteraciones del comportamiento y del ánimo. Su primera revolución, fue la aparición de la Clorpromazina y los denominados antipsicoticos de primera generación. Los cuales disminuían la agitación y actuaban como sedantes, pero afectaban a los sujetos con severos efectos extrapiramidales y disquinesias tardías. (1). Luego aparecerían, los antipsicoticos atípicos como la Clozapina, que autorizada por la FDA en los 90’, para su comercialización, llegaría junto con otros como la risperidona y olanzapina, para tratar tanto los síntomas psicóticos, como los negativos de la esquizofrenia. Sin embargo, paulatinamente, estos psicofármacos fueron siendo utilizados no sólo para trastornos psicóticos, sino que para otros trastornos mentales, y no solo en adultos, sino que también en niños, y adultos mayores.

            Para la Terapia Ocupacional (TO) ha sido importante comprender cómo funciona la CF, para con ello elaborar históricamente protocolos que traten alteraciones de origen neurológico. No obstante, cabe la duda, acerca de las estrategias a realizar en intervenciones centradas en los efectos adversos que generan los antipsicoticos típicos y atípicos. Se ha establecido, como rol de la TO y de las otras profesiones vinculadas a la psiquiatría, promover la adherencia al tratamiento farmacológico.

Quizás, no bastaría con utilizar estos fármacos de manera generalizada, ni para todas las esquizofrenias, u otros trastornos del comportamiento.

Es por esto que, con esta revisión, queremos sintetizar la información existente en relación a esta temática, lo que posibilitaría mejorar las intervenciones.

 DISEÑO METODOLOGICO

            En este trabajo se realizó una revisión bibliográfica y del estado del arte, relacionada al funcionamiento normal y anormal de la CF, el funcionamiento de neurotransmisores en la CF, y los efectos de los neurolépticos típicos y atípicos en esta zona.

            Se realizó además, revisiones de literatura, tanto críticas como a favor del uso de neurolépticos.  Los criterios de búsqueda incluyeron la revisión de sitios web académicos, revistas electrónicas, libros de neuropsiquiatría, y neurociencias.

Palabras claves: Corteza frontal, síndrome frontal, neurolépticos.
 

DESARROLLO

Neuroanatomía funcional de los lóbulos frontales

            Los lóbulos frontales son las estructuras más anteriores de la corteza cerebral, están situados por delante de la cisura central y por encima de la cisura lateral. Se dividen en tres grandes regiones: la región órbital, la región medial y la región dorsolateral; cada una de ellas están subdividida en diversas áreas.

Desde un punto de vista de la neuropsicología los lóbulos frontales representan un sistema control, planeación regulación de los procesos psicológicos; estos permiten la coordinación de variados procesos y una amplia gama de conductas y estrategias con que cuenta el humano; organizan las conductas basadas en motivaciones e intereses, hacia la obtención de metas que sólo se pueden conseguir por medio de procedimientos o reglas. También participan de forma decisiva en la formación de intenciones y programas, así como en la regulación y verificación de las formas más complejas de la conducta humana.

            Permite supervisar y planear los procesos más complejos del ser humano, considerando los lóbulos frontales como el centro de ejecución del cerebro.

            A continuación se expondrán brevemente las aéreas y anatomía características del lóbulo frontal

Corteza frontal dorsolateral: es la región más grande y filogenéticamente más nueva de la corteza frontal, principalmente su región media y anterior  Se divide en cuatro áreas principales: Corteza motora, premotora, Dorsolateral y anterior.

Corteza motora y premotora.  La corteza motora participa en el movimiento específico de los músculos estriados de las diferentes partes del cuerpo. Por su parte la corteza premotora permite la planeación, organización y ejecución secuencial de movimientos y acciones complejas. La región más anterior de la corteza motora suplementaria se relaciona con la selección y preparación de los movimientos, mientras que su porción posterior se relaciona con la ejecución de los mismos.

Corteza prefrontal dorsolateral La región anterior a la corteza motora y premotora se denomina corteza prefrontal (CPF), representa la estructura neo-cortical más desarrollada, particularmente su porción más anterior.  Estas zonas se consideran regiones de asociación supramodal o cognitivas ya que no procesan estímulos sensoriales directos.

            La región dorsolateral de la CPF se denomina corteza prefrontal dorsolateral (CPFDL). Se divide funcionalmente en dos porciones: dorsolateral y anterior, y presentan tres regiones: superior, inferior y polo frontal. La porción dorsal se encuentra estrechamente relacionada con los procesos de planeación, memoria de trabajo, fluidez (diseño y verbal), flexibilidad mental, generación de hipótesis, solución de problemas complejos, estrategias de trabajo, seriación y secuenciación, procesos que en su mayoría se consideran funciones ejecutivas (FE). Las porciones más anteriores (polares) de la corteza prefrontal dorsolateral se relacionan con los procesos de mayor jerarquía cognitiva como la metacognición, permitiendo la auto-evaluación y el control de la actividad en base al desempeño y en la cognición social y la conciencia o auto-conocimiento (integración entre la conciencia de sí mismo y el conocimiento autobiográfico), logrando una completa integración de las experiencias emocionales y cognitivas de los individuos.

     Corteza órbitofrontal (COF). Se encuentra estrechamente relacionada con el sistema límbico, y su función principal es el procesamiento y regulación de emociones y estados afectivos y de la conducta además, está involucrada en la detección de cambios en las condiciones ambientales tanto negativas como positivas (de riesgo o de beneficio para el sujeto), lo que permite realizar ajustes a los patrones de comportamiento en relación a cambios que ocurren de forma rápida y/o repentina en el ambiente o la situación en que los sujetos se desenvuelven. La COF se involucra aun más en la toma de decisiones ante situaciones inciertas, poco especificadas o impredecibles, se plantea que su papel es la marcación de la relevancia (emocional) de un esquema particular de acción entre muchas opciones más que se encuentran disponibles para la situación dada.

     Corteza frontomedial: (CFM) participa activamente en los procesos de inhibición, en la detección y solución de conflictos, así como también en la regulación y esfuerzo atencional  Además, participa en la regulación de la agresión y de los estados motivacionales. Las porciones más anteriores de la corteza frontomedial), se encuentran involucradas en los procesos de mentalización, denominada teoría de la mente.

            Cabe destacar que existen importantes diferencias entre el funcionamiento de la CPF izquierda y la CPF derecha. La CPF izquierda, está más relacionada con los procesos de planeación secuencial, flexibilidad mental, fluidez verbal, memoria de trabajo (información verbal), estrategias de memoria (material verbal), codificación de memoria semántica y secuencias inversas así como en el establecimiento y consolidación de rutinas o esquemas de acción que son utilizados con frecuencia. La CPF derecha se relaciona más con la construcción y diseño de objetos y figuras, la memoria de trabajo para material visual, la apreciación del humor, la memoria episódica, la conducta y la cognición social, así como en la detección y el procesamiento de información y situaciones nuevas (2).

 Corteza Frontal y Funciones Ejecutivas

Par ser más precisos, las funciones más complejas del humano, entre ellas las funciones ejecutivas (FE) son soportadas principalmente por la corteza prefrontal (4), participan en el control, la regulación y la planeación eficiente de la conducta humana, también permiten que los sujetos se involucren exitosamente en conductas independientes, productivas y útiles para sí mismos.

Las funciones ejecutivas se definen como un proceso o una serie de procesos cuyo principal objetivo es facilitar la adaptación a situaciones nuevas, opera por medio de la modulación o el control de habilidades cognitivas más básicas; estas habilidades o rutinas son procesos sobreaprendidos por medio de la práctica o la repetición e incluyen habilidades motoras y cognitivas, como la lectura, la memoria o el lenguaje. Debido a que en la mayoría de las situaciones de la vida diaria es necesario hacer adaptaciones conductuales, también permiten la creación de patrones nuevos de procesamiento cuando no existen esquemas que puedan enfrentar la situación (3)

          Existen diferentes tipos de funciones ejecutivas, sin embargo abordaremos las que más destacan.

Planeación: es una de las capacidades más importantes de la conducta humana, se define como la capacidad para integrar, secuenciar y desarrollar pasos intermedios para lograr metas a corto, mediano o largo plazo

Control conductual: una de las funciones más importantes de la CPF es la capacidad de control sobre los demás procesos neuronales que se llevan a cabo dentro y fuera de la CPF, el control inhibitorio ejercido por la CPF, en particular por la CFM, permite retrasar las tendencias a generar respuestas impulsivas, originadas en otras estructuras cerebrales, siendo esta función reguladora primordial para la conducta y la atención

Flexibilidad mental: La capacidad para cambiar un esquema de acción o pensamiento en relación a que la evaluación de sus resultados indica que no es eficiente, o a los cambios en las condiciones del medio y/o de las condiciones en que se realiza una tarea específica, requiere de la capacidad para inhibir este patrón de respuestas y poder cambiar de estrategia Las Actividades de la vida diaria con frecuencia son altamente cambiantes y los parámetros y criterios de respuestas no dependen de una lógica inflexible y generalizable a todas las circunstancias, sino que dependen del momento y el lugar en donde se desarrollen; la excesiva fijación de un criterio, una hipótesis o una estrategia de acción, afectan de forma importante la solución de problemas.

La memoria de trabajo: es la capacidad para mantener información de forma activa, por un breve periodo de tiempo, sin que el estímulo esté presente, para realizar una acción o resolver problemas utilizando información activamente.

Fluidez: La velocidad y precisión en la búsqueda y actualización de la información, así como en la producción de elementos específicos en un tiempo eficiente, es un importante atributo de la CPF y se relaciona con la función ejecutiva de productividad. La fluidez de lenguaje, en particular la fluidez de verbos o acciones, se relaciona más con la actividad de la zona premotora y con el área de Broca. Recientemente se ha hecho énfasis en capacidades psicológicas no incluidas dentro del concepto FE, sino capacidades de mayor jerarquía cognitiva, como la metacognición, la mentalización y la cognición (4)

Metacognición: es el proceso con mayor jerarquía cognitiva y no se considera una función ejecutiva sino un proceso de mayor nivel. Es definida como la capacidad para monitorear y controlar los propios procesos cognoscitivos (5).

Mentalización: la capacidad de pensar lo qué otra persona puede estar pensando, pensará y/o reaccionará en relación a una situación o evento particular, se ha denominado mentalización y es una de las capacidades humanas más importantes para las relaciones interpersonales y sociales.

Conducta social: durante el desarrollo, los niños tienen que asimilar, aprender y desarrollar diversos sistemas de reglas cognitivas y sociales, las cuales cuando adultos, les permitan interactuar propositivamente con su medio. Esta serie de capacidades se ha denominado: implementación de reglas, permitiendo que de forma flexible se alterne, seleccione, actualice y se ejecuten procedimientos efectivos de conducta en base a situaciones sociales determinadas.

            Las regiones polares de la CPF (particularmente el polo frontal derecho) son primordiales para algunas capacidades incluidas dentro de la cognición social, como son la interpretación del humor y la interpretación no literal de mensajes verbales como los refranes debido a que para su comprensión se requieren de la actualización e integración de elementos autobiográficos.

 Corteza Frontal y Alteraciones

            El análisis neuropsicológico del daño frontal se complica por la variabilidad del tamaño de la lesión, el tipo de patología, el daño cortical versus el subcortical (o ambos), la región de la corteza afectada, el tiempo de desarrollo de la lesión y el impacto de la desconexión funcional con otras áreas corticales; debido a todos estos factores es que las definiciones del "daño frontal” varían considerablemente, se ha advertido que no existe una entidad única y simple como "síndrome frontal”, agrupar como una sola todas sus variantes es un error.

El daño frontal produce muy diversas características cognitivas y conductuales, en dependencia de la(s) zona(s) que se lesionen. Por ejemplo, el daño en la COF producirá alteraciones en la regulación afectiva y conductual, en tanto que el daño en la CPFDL, afectará principalmente funciones ejecutivas. Las lesiones de la CFM prefrontal medial producirán alteraciones del control atencional y de mentalización. Las lesiones más polares producirán alteraciones en las capacidades de cognición social y metacognición.

 Neurotransmisores y Corteza Frontal

           En la Corteza Frontal están presentes la mayoría de los neurotransmisores conocidos en la actualidad. Entre los que destacan;

            La Acetilcolina (ACH), Es un neurotransmisor producido por neuronas colinérgicas. Tiene 2 tipos de receptores muscarínicos y los nicotínicos. Los primeros receptores se encuentran en el musculo liso, los segundos en los músculos esqueléticos.

            Las Catecolaminas, son un grupo de neurotransmisores que comparten su vía de síntesis metabólica, corresponden a la nor-adrelina, adrenalina y dopamina. Estos neurotransmisores están vinculados principalmente a la función  y sistema ligado al placer.

            La Serotonina, corresponde a un neurotransmisor 5-hidrotriptamina (5-ht). Numerosos estudios han demostrado su participación en diversos procesos neuronales, como la memoria y el aprendizaje, la nocicepoción, la migraña, la depresión, la angustia y el ciclo sueño-vigilia.

            El Glutamato, corresponde al neurotransmisor encargado del 75% de la transmisión excitadora en el cerebro. Se identifican 3 receptores, no obstante el más importante es el NMDA, que se relaciona a las funciones de aprendizaje y memoria.(6)

Neurolépticos
       Estos fármacos son utilizados para el tratamiento de enfermedades de causa neuropsiquiátrica. Son útiles en el tratamiento de delirios, alucinaciones y otros trastornos del pensamiento resultantes de un amplio abanico de etiologías orgánicas y funcionales. Es importante destacar que la sedación frecuente en el uso de estos fármacos es un efecto secundario que puede tener ventajas o desventajas terapéuticas específicas, que es parte de la acción antipsicotica.

En la actualidad los fármacos anti psicóticos disponibles pueden clasificarse en varias categorías: las fenotiacinas (incluyendo sus derivados), las tioxantinas, las butirofenonas y los derivados dibenzodiacepínicos y otros derivados.

 Si hacemos   El nombre técnico sería "neurolépticos", y son grandes depresores del SNC. "Neuroléptico" viene del griego "neuro" (nervio) y "leptos" (atar), y es una etimología muy bien puesta, pues funcionan como camisas de fuerza químicas, que si bien, en muchos casos no coartan la posibilidad de moverse (ojo con los efectos secundarios que veremos luego), sí que cortan procesos mentales superiores, además de los temidos síntomas psicóticos (delirios y alucinaciones, por lo general).
 

Antipsicoticos de 1° generación
Antipsicoticos de 2° generación
Clorpromazina
Quetiapina
Tioridazina
Olanzapina
Haloperidol
Clozapina
Tiotixeno
Risperidona

 

Tabla N°1 Antipsicoticos Típicos y Atípicos

Durante muchos años, la teoría más aceptada sobre el mecanismo de acción de los fármacos antipsicóticos se basaba en la observación de que todos los neurolépticos en uso poseían acciones similares sobre el sistema dopaminérgico, que corresponde al bloqueo del acoplamiento de la dopamina al receptor dopaminérgico postsináptico cerebral.(8)

            Al inventarse la clorpromazina se la denominó como "lobotomía química" y se pensó en la terapia farmacológica como una "solución limpia" frente a la lobotomía tradicional y al problema de la saturación de los hospitales psiquiátricos.

El sobrenombre de "lobotomía química" tampoco le vendría mal a este grupo de medicamentos, pues al igual que el procedimiento de destrucción de masa cerebral por medios quirúrgicos, estos causan daño cerebral permanente.

Efectos de los Neurolépticos

         La mayor parte de los neurolépticos funcionan bloqueando los receptores postsinápticos de la Dopamina, es decir, que impiden a esta sustancia cerebral natural funcionar con normalidad, y hacen que parezca que tenemos menos. 

La teoría subyacente al uso de estos fármacos en todas las psicosis, simplificando mucho, es que éstas se producen por una actividad exacerbada de la Dopamina en las áreas frontales y mesolímbicas del cerebro.

 Efectos Dopaminérgicos Adversos

Reacciones extrapiramidales.

          Muchos de los efectos secundarios de los antipsicóticos proceden del bloqueo postsináptico de los receptores dopaminérgicos.

Puede surgir una gran variedad de síntomas extrapiramidales, incluyendo reacciones distónicas agudas, síndrome parkinsoniano, acatisia, acinesia, síndrome de rabbit, discinesia tardía y el síndrome neuroléptico maligno.

 Reacciones distónicas agudas.

          Entre los efectos secundarios más molestos producidos por los antipsicoticos están las reacciones distónicas agudas. Suele aparecer con mayor frecuencia horas o días después del inicio del tratamiento.

El patrón más común de este síndrome incluye la contracción incontrolable de la cara y cuello, y los espasmos y distorsiones de la cabeza y / o del torso. Si están involucrados los músculos extraoculares, puede aparecer una crisis oculógira en la cual los ojos se elevan y permanecen fijos en esa posición. Si hay afectación laríngea pueden aparecer dificultades respiratorias y ventilatorias. A menudo estas reacciones son terroríficas para el enfermo que no ha tenido  una experiencia previa con estos problemas ni conocimiento de la existencia de este efecto secundario.

 
Síndrome parkinsoniano (o pseudoparkinsonismo).

          El síndrome parkinsoniano presenta una gran similitud con los síntomas de la enfermedad de Parkinson idiopática clásica: disminución de la expresión facial (cara de máscara), rigidez articular, enlentecimiento de los movimientos (bradicinesia), salivación, escritura pequeña (micrografía) y temblor de “contar monedas”.

Acatisia

           Es un trastorno extrapiramidal consistente en la sensación desagradable de inquietud y la incapacidad de permanecer quieto.

Este síntoma es tanto un trastorno del movimiento como un trastorno mental. Es una reacción común y generalmente aparece en un corto espacio de tiempo tras iniciar el tratamiento con fármacos antipsicóticos.(9)


Acinesia

La acinesia se define como un estado conductual de disminución de la espontaneidad, caracterizado por gesticulación escasa, discurso no espontáneo y, particularmente, apatía y dificultad para iniciar las actividades habituales. (10)

Al igual que el síndrome parkinsoniano, sólo puede aparecer tras varias semanas de tratamiento.

Síndrome neuroléptico maligno.
 
           En casos muy esporádicos, un paciente en tratamiento antipsicótico puede desarrollar un trastorno potencialmente fatal conocido como síndrome neuroléptico maligno (SNM). Aunque es más frecuente su aparición por el uso de neurolépticos de alta potencia, puede aparecer tras la administración de cualquier antipsicótico.

El sujeto con SNM desarrolla una rigidez grave y frecuentemente manifiesta cambios de estado mental, incluyendo delirios, fuerte ansiedad, hipofonía o mutismo, y ocasionalmente catatonia. El paciente con SNM presenta fiebre, leucocitosis, taquicardia, fluctuaciones anómalas de presión arterial, taquipnea y diaforesis. (11)


Efectos secundarios anticolinérgicos.

          En un paciente en tratamiento con fármacos antipsicóticos, los efectos ecundarios anticolinérgicos pueden ser debidos tanto al agente neuroléptico como a los anticolinérgicos administrados para mejorar los efectos secundarios extrapiramidales, o al efecto aditivo de los dos.

En líneas generales, la potencia anticolinérgica de los antipsicóticos es menor que la de los fármacos anticolinérgicos. Sin embargo, algunos antipsicóticos (especialmente la clorpromazina y la tioridazina) a dosis altas, pueden ocasionar marcados efectos secundarios anticolinérgicos.

 Estos efectos anticolinérgicos se clasifican en periféricos y centrales. Entre los periféricos, los más comunes son la sequedad de boca, la disminución de la sudoración y de las secreciones bronquiales, la visión borrosa (por inhibición de la acomodación), las dificultades miccionales y la constipación.

            Los efectos secundarios centrales de los fármacos anticolinérgicos incluyen trastornos de la concentración, atención y memoria.(12)


Efectos secundarios adrenérgicos.

 
           Los neurolépticos también pueden bloquear los receptores alfaadrenérgicos dando lugar a la aparición de ipotensión ortostática y mareos. La mesoridazina, la clorpromazina y la tioridazina son los bloqueadores alfa-1 más potentes entre los agentes antipsicoticos.

La administración de adrenalina, que estimula tanto a los receptores alfa como beta-adrenérgicos, conducirá a la caída paradójica de la tensión arterial. Esta caída de la tensión se explica por la estimulación de los beta-receptores en presencia de un bloqueo alfa-adrenérgico.

 
 Efectos secundarios endocrinos y sexuales.

En tratamientos con neurolépticos se dan cambios en la función hormonal. Algunos de estos efectos secundarios están relacionados con el efecto de bloqueo

dopaminérgico de los antipsicóticos, que aumentan los niveles de prolactina, y que a su vez pueden dar lugar a ginecomastia, tanto en varones como en mujeres.

      También puede aparecer galactorrea, aunque es raro. Las gonadotropinas pituitarias (la hormona folículo estimulante y la luteinizante) y la testosterona disminuyen por la administración de neurolépticos han propuesto que aparte de la ginecomastia y de la galactorrea, los neurolépticos provocan otros efectos neuroendocrinos mediados por la hiperprolactinemia, tales como amenorrea, aumento de peso, flaccidez de mamas y descenso de la líbido. La amantadina puede ser un tratamiento efectivo en estos casos.

       La terapia neuroléptica puede causar también trastornos sexuales. La combinación de los efectos anticolinérgicos, el bloqueo alfa-adrenérgico y los efectos hormonales pueden dar lugar a diferentes tipos de trastornos sexuales.

 En varones, se han detectado incapacidad en lograr o mantener la erección, disminución de la capacidad de alcanzar el orgasmo y cambios en la calidad de la satisfacción de éste. (13)

Con el uso de antipsicóticos las mujeres pueden experimentar cambios en la calidad del orgasmo y descenso de la capacidad de alcanzarlo. También pueden darse irregularidades en la menstruación. Muchos pacientes, e incluso algunos psiquiatras, se muestran reacios a hablar de los efectos secundarios sexuales. En el contexto de una sintomatología psicótica grave, algunos psiquiatras pueden llegar a trivializar los efectos secundarios sexuales.
 

DISCUSION DE RESULTADOS

            Este trabajo permitió revisar literatura existente, relacionada a la función de la Corteza Frontal y de los neurotransmisores que interactúan con los neurolépticos utilizados como terapias farmacológicas.

            La terapia farmacológica con neurolépticos parte de la premisa que las enfermedades mentales tienen en todos los casos posibles, una causa de origen biológico, es decir un desbalance a nivel de neurotransmisores que interactúan en la Corteza Frontal, afectando el comportamiento de los sujetos.

Hemos podido concluir, que hay neurotransmisores relevantes en el funcionamiento de la CPF, y que los neurolépticos si afectan en esta dinámica cerebral, tanto aumentando la producción de algunos, como inhibiendo a otros. En este interjuego, la Dopamina y sus receptores (D1 y D2) juegan un papel fundamental. Pues sabe que este neurotransmisor se relaciona a funciones de cognición superior.

            No obstante, estudios críticos han demostrado que la evidencia que relaciona el mal funcionamiento de neurotransmisores, alteraciones anatómico-estructurales deficitarias con trastornos mentales, no es suficiente ni contundente para generalizar a nivel poblacional.

            Pero sí puede establecer evidentemente que los efectos nocivos de los neurolépticos existen y SI generan alteraciones a nivel de neurotransmisores, además de dañar el tejido cerebral, (14) interfiriendo negativamente el desempeño y la subjetividad del sujeto en la vida cotidiana.

Cabe destacar, que existe una defensa permanente de los beneficios del uso de neurolépticos, como tratamiento de las enfermedades, sin embargo sorprende que la mayoría de los estudios, son financiados por industria farmacéutica.

Esta revisión no pretende demostrar que no hay que usar los antipsicoticos, pero sí aterrizar su discurso, y no generalizar su uso como solución de todas las alteraciones del comportamiento, ni que sean aplicables para todas las edades, es decir, su propósito  es que el uso de neurolépticos sea más responsable y en menor cantidad.

Sería interesante continuar investigando para saber si los trastornos mentales realmente tienen una causa biológica, y se expresan producto de desbalances de los neurotransmisores. Además de continuar informando  a la comunidad general quienes son los verdaderos beneficiados o afectados de estos tratamientos.

 
BIBLIOGRAFIA

(1) Norma Derito, Gabriela Martinez, Laura Fernández Castro, Daniela Bordalejo, Alberto Monchablon Espinoza. “Antipsicoticos atípicos”. Alcmeon. Rev Arg. Neuropisquiatria. vol 11, N°4, Octubre de 2004. http://www.alcmeon.com.ar/11/44/05_derito.htm

 (2)Luria, A. R. Las funciones corticales superiores del hombre. México: Fontamara.(1986)

(3)Flores, J.Ostrosky-Solis F. Neurología de lóbulos frontales, funciones ejecutivas y conducta humana. Revista de Neurología, Neuropsiquiatría, y Neurociencias. 2008, 4,Vol.8, N°.1, pp.47-58

(4)Bechara, A., Damasio, H., & Damasio, A. R. Emotion, decision making and the orbitofrontal cortex. Cerebral Cortex, (2000). 10, pp 295-307.

(5)Goldberg E., Podell K, Adaptative versus veridical decision making and the frontal lobes. Consciousness and Cognition. (1999).8, pp 364-377.

(6)Anderson S, Damasio H, Tranel D. Damasio, A. Long-term sequelae of prefrontal cortex damage acquired in early childhood. Developmental Neuropsychology, (2000).  18 pp. 281-296.

(7) Kandell, E. “the neuroscience of mental health II” A report on neuroscience research. National Institutes of Mental Health. 1995.

(8) Santana N, Receptores Monoaminergicos en Corteza Prefontal: Mecanismos de acción de fármacos antipsicóticos. Tesis doctoral. Barcelona, Julio 2007

(9)  Talbott. John A. Tratado de Psiquiatria. 2° Edición. Washington D.C. y Londres. American Psychiatric Press. 1996. 1551 pags.

(10) Talbott. John A. Tratado de Psiquiatria. 2° Edición. Washington D.C. y Londres. American Psychiatric Press. 1996. 1551 pags.

(11) Talbott. John A. Tratado de Psiquiatria. 2° Edición. Washington D.C. y Londres. American Psychiatric Press. 1996. 1551 pags.

(12) Talbott. John A. Tratado de Psiquiatria. 2° Edición. Washington D.C. y Londres. American Psychiatric Press. 1996. 1551 pags.

(13) Talbott. John A. Tratado de Psiquiatria. 2° Edición. Washington D.C. y Londres. American Psychiatric Press. 1996. 1551 pags.

(14) Valverde Miguel. “Un Dilema Bioetico a proposito de los antipsicoticos”. 2010. Rev. Bieotica y Derecho. Septiembre 2010. N°20. http://www.ub.edu/fildt/revista/RByD20_art-valverde.htm

 ANEXOS
Tabla
N°1       Antipsicoticos Típicos y Atípicos

1 comentario:

  1. A modo de comentarios señalar que como efecto no deseado de neuroléptico no sólo presentan el síndrome frontal sino también es relevante el llamado síndrome metabólico, en que, observar aumento de peso, aumenta la glicemia entre otros.
    Otro elemento que se debe considerar dentro el proceso histórico es que una de las motivaciones para desarrollar nuevas neuroléptico siempre ha sido la disminuir los eventos adversos como los movimientos anormales inducido por la neuroléptico, el síndrome frontal del síndrome metabólico, y es en este sentido que el desarrollo neuroléptico atípicos tienen esta orientación
    cuando analizamos un efecto no deseado otro fármaco como los neuroléptico llegamos a la conclusión casi atemorizante de que existe una gran cantidad de elementos a considerar antes de utilizarlos, en este sentido cuadros psicóticos que tienen un alto impacto en la calidad de vida de las personas afectadas se pueden beneficiar del uso de ellos, siendo en este tipo de poblaciones que existe evidencia a favor de su uso. Sin embargo existen otras indicaciones como el trastorno personalidad en que esto debe ser evaluado, prudencia.

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